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- (artículo 2016) - La Copa que le falta a Guardiola
Guardiola entrenará una selección. La Copa que le falta la podrá levantar en alguna de las primeras selecciones que representaron al fútbol del pase y la creatividad.
¿Qué hubiera pasado en este juego si Uruguay no demostraba en Los Juegos Olímpicos de 1924 la innovación de Andrade? ¿Existirá alguna vez un equipo que realice mejor el "tercer hombre" como La Máquina de River de los primeros años de la década del 40? ¿Qué hubiera pasado si Rinus Michels no observaba a Pedernera en la gira de Millonarios de Colombia por España en los ´50?
"Paradigma Guardiola" surgió para unir ese fútbol génesis del Río de la Plata con la reconceptualización europea en tiempos modernos. Quiso reivindicar esa determinada manera de pensar el juego y las convicciones relacionadas al toque, a los extremos y a la velocidad de la pelota por sobre cualquier otra cuestión táctica. La palabra paradigma fue, tal vez, gracias a tantas textos y clases en la Universidad Nacional de Rosario. Guardiola fue porque, en ese entonces como jugador, declaraba claramente a favor de ese modelo de pensamiento. Militaba cada minuto como mediocentro lo relacionado a "el pase nos ordena". Hay un punto de unión, un hilo rojo, entre ese fútbol defendido por Guardiola, el fútbol de Cruyff y del Barçajax con la identidad de "la nuestra" construida en diferencia al estilo físico, duro, y de balón largo que llegó a Argentina desde los barcos ingleses.
Por desgracia ese fútbol en algún momento se volvió a europeizar: “Los argentinos tienen que olvidarse de la pisadita y el jueguito de media cancha. Frente al fútbol europeo no tienen ningún valor”, se acoplaba Di Stéfano a los discursos dominantes post Mundial 1958. Poco a poco se fue desnaturalizando el juego del potrero rioplatense. Poco a poco, se empezó a hablar del doblepivote, de presionar, de apartar a los 10 por nostálgicos, poco comprometidos con el juego del entrenador de turno (todavía algunos entrenadores siguen pensando que les pertenece) y con escasa dinámica para correr detrás de la pelota.
Por suerte, estuvieron Kroos, Xavi e Iniesta para recordar que ese tipo de centrocampistas son el juego (juego de posición o cualquier nombre absurdo que le quieran colocar), determinantes para dejar en mejores condiciones a sus compañeros, y que el único apuro por terminar las jugadas sea el terminarla bien. Los triunfos del Barcelona de Guardiola caducaron los relatos que volvían o ridículo jugar con mediocampistas de 1,70 y construir un equipo a través de los pases.
Nuestra percepción, desde el sur del Mundo, fue que ese equipo logró reivindicar a ese juego reinventado en nuestras tierras. Y volvimos a decir lo mismo que decían los españoles cuando ellos recibían a los equipos argentinos en Europa. Un texto del antropólogo Eduardo Archetti lo confirma: "La gira exitosa de San Lorenzo a Europa en 1946 ayuda a confirmar ese estilo. San Lorenzo “cumple una misión” y es la de “demostrar la modalidad, la calidad, la ciencia y la gracia del fútbol argentino”. Esta se basa en "la ciencia ofensiva del pase corto” (El Gráfico 1947, 1440: 36-7). La esencia pasa a ser “el pase corto” que debe hacerse al centímetro, entre una maraña de piernas, que exige precisión y técnica y es el más difícil de realizar. La victoria de 6 a 1 frente al seleccionado español se convierte en mitológico y no solo en Buenos Aires. Los españoles definen ese estilo como revolucionario porque el modo aparentemente cansino y displicente de los pases cortos es eficaz para crear espacios para los cambios de ritmo".
Guardiola entrenará en Sudamérica, por más que ninguna Federación lo seleccione o que el dinero y la supuesta organización siga estando en Europa para contratar a un entrenador de elite. Estará aquí porque ese fútbol ya estuvo. Seria justo. Y como todo acto justo deberá llegar no para calcar o copiar un modelo, ni para imitarlo o replicarlo. Sería justo que venga a construir algo nuevo, como aquel fútbol inventado por Pedernera, por Andrade y por los potreros de la libertad para crear y los de la cooperación del pase. Una estructura sudamericana que agrupe a Guardiola puede unir ese supuesto lazo. Puede que nuestro fútbol recupere jerarquía y tenga otra consagración. La copa que le falta a Pep puede ganarla con alguna selección. Pero el mayor trofeo será tener coherencia con la historia.