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Paradigma Guardiola >
Este Barça se defiende al ataque y mientras ataca se defiende. Cuando tiene el balón no especula, sale a mandar y así supera a sus rivales.
Este Barça se defiende al ataque y mientras ataca se defiende. Cuando tiene el balón no especula, sale a mandar y así supera a sus rivales.
Hoy, el Barça es un vestuario feliz, comprometido con el mensaje de un técnico que en cinco meses en el cargo ha sido capaz de articular un equipo deslumbrante, coral, que prevalece incluso por encima de sus excelentes solistas. A la geometría de Márquez, la arquitectura de Xavi, la voracidad de Eto'o y la deliciosa eficacia de Messi, Pep Guardiola ha añadido un toque cibernético. Este Barça es vanguardista. Se defiende como nadie, en el campo del rival y con sólo tres zagueros (Piqué, Márquez y Puyol). En el Sánchez Pizjuán, ante un adversario tan huesudo como el Sevilla, jamás dio un paso atrás, ni cuando el resultado no estuvo a la altura de su brillantez. El Sevilla se ahogó en su propia orilla. Este Barça se defiende al ataque y mientras ataca se defiende. Sin defensas genéticos como Thuram, Zambrotta, Milito y Abidal, Guardiola se protege con un lateral postizo con alma de interior (Alves), un central novato en la Liga que debe remar como escolta del brasileño (Piqué), un líbero con aires de kaiser (Márquez) y un único fajador (Puyol). Ha sido el actual entrenador azulgrana quien ha acunado a Sergio Busquets, quien ha hecho arrumacos a Bojan, quien ha anclado a Messi como ariete y quien ha acercado a Xavi al área rival. El Barça no es sólo un álbum de estrellas. Se ha sacudido al aire playero que destilaba con el último Ronaldinho. Y el papel de Guardiola ha sido primordial. Como jugador, tuvo vocación de entrenador; como técnico, no ha perdido su filiación como futbolista. Con botas contradijo a quienes le tachaban de enclenque. No regateaba, no era rápido, no disparaba y no cabeceaba. Pero jugaba de maravilla. Como técnico, sólo se había embarrado por la Tercera, carnaza para los escépticos. Hoy quedan pocos ante un líder tan seductor, al que persiguen el Villarreal (ganador en Huelva) y el Valencia (vencedor del Betis).
Cumplido un tercio del campeonato, Guardiola, que sólo representa a Guardiola, es la mejor noticia. Para el Barça, para la estética del fútbol español y para Messi.