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Guardiola: La victoria del cerebro ante el músculo


Nota publicada por Marcel Gascón en contrapie. Se anexó hipertextualidad al artículo.

"A los 13 años, deja su Santpedor natal para La Masía, la célebre fábrica de jugadores del F.C.Barcelona. Con un físico poco dotado para la práctica de un deporte como el fútbol, la fuerza se tuvo que hacer prescindible en el juego de Guardiola. El juego de Guardiola, es la victoria del cerebro sobre el músculo.

Con 17 años, Johan Cruyff ...casualidad? ... uno de los entrenadores más valientes del fútbol... le da la alternativa en un Barcelona - Cádiz, y desde entonces Pep no dejó de ser la referencia de una forma noble de entender el fútbol, la vida y la dignidad personal. En el césped del Camp Nou, inventó, con la inestimable colaboración de Cruyff, un nuevo tipo de jugador, el 4, que en La Masía surge generación tras generación con sorprendente regularidad. Un 4 es un medio-centro cuya misión es distribuir el juego. No tiene gran talante defensivo, sus armas son la técnica y la clarividencia. El 4 es un jugador muy especial. Difícil de ubicar en otra posición, su juego condiciona el de todo el equipo. Su elección en un equipo implica apostar por el buen juego, por la elaboración como modo de ataque.

Además, Guardiola fue el clásico jugador de club. En su amado Barcelona tuvo que sufrir campañas en su contra desde muchos frentes, incluido desde dentro, por ser la enseña de una filosofía. Pese a ello, siempre actuó en beneficio del Barça, y, cuando no pudo más llevar la cruz de emblema de las esencias de un club y de una idea futbolística, se fue elegantemente y en silencio.

Honesto en un mundo donde está proscrito serlo, le propusieron conducir el modesto Brescia italiano, en el durísimo y ultradefensivo calcio, alérgico al fútbol de toque y ofensivo. Jugaría al lado de Roberto Baggio. Y Guardiola consiguió lo imposible: el reconocimiento de la afición, del mítico entrenador Carlo Mazzone y de sus compañeros. El Brescia jugó al fútbol y consiguió resultados aceptables. Y llegó la nandrolona, ya demasiado común en Italia. Las credenciales de Pep impedían pensar en un dopaje voluntario. Cumplido el castigo y el año de contrato con el Brescia, llegó la Roma. A su favor, la Roma contaba con una plantilla apta para el juego de ataque y toque. Pero, Guardiola no fue santo de la devoción del cavernario Capello, que prefería a los toscos Lima o Dacourt. En diciembre, y sin apenas oportunidades de demostrar su valía, el Brescia le lanzó un guante ofreciéndole la opción de volver. Volvió. Y volvió a ganarse el favor de la hinchada y el respeto del club. A final de la temporada 2003, su Barça, llamó a la puerta, a través de la candidatura de Lluís Bassat, quien le ofreció el cargo de director deportivo. Pep aceptó, pero el huracán Laporta barrió en las elecciones, y Guardiola quedó en una situación delicada. Fue entonces cuando decidió aceptar una suculenta oferta de Qatar. Allí, en ese cementerio de elefantes donde gana mucho, muchísimo dinero, fue declarado mejor extranjero.

Pero Guardiola no era, ni es un ex-futbolista. El fútbol necesita a Guardiola impartiendo su magisterio por los viejos estadios europeos. Italia, Inglaterra, Francia o Alemania. No será España, porque no podría enfrentarse a su Barça. Guardiola aún es vivo y ha de demostrar a la Europa futbolística que le quedan años de buen fútbol y que su apuesta futbolística e ideológica sigue vigente."

Esta excelente nota fue escrita en 2005, por suerte Pep demuestra su buen fútbol en México, por lo menos hasta mayo de 2006. Marcel lo quería ver en Europa, pero amigo aprovecho para hacer mi solicitada. Ya que ahora Pep se mudó a América que baje unos cuántos kilómetros más y que apueste en el fútbol argentino, cuestión que él intento el año pasado. Lástima que siempre aparecen clones de Capello (en este caso Astrada) que contienen otra ideología.

"Vaya recital"

Sus 35 años, sus dos años en Qatar, sus cuatro meses sin fútbol. Dudas y más dudas sobre la contratación de Pep en México, todos prejuicios ante su llegada a Dorados. Juanma Lillo, como quien busca en el océano tesoros perdidos, convence a Guardiola para que siga en actividad y lo lleva a su equipo. Pep ya era un tesoro casi perdido, había desechado ofertas del Manchester City y del Wigan de la Premier League para comenzar con el curso de entrenador en España. El fútbol perdía un gran talento, a un símbolo de una manera de entender el juego.

Sólo han pasado dos fechas de la liga mexicana y los resultados ya dan para hablar. Pep sigue siendo el mismo, el mediocentro con mejor interpretación del juego en el planeta. En el primer cotejo, en el Azteca, la altura le jugó una mala pasada pero no le impidió anunciar lo que vendría en su segundo encuentro: convertirse en el líder del equipo. Contra Tigres se vió al Guardiola de todo la vida. Como la estatua del héroe de la ciudad que vigila dominante desde el centro de la plaza, como el reloj altivo e imprescindible de la estación de tren, como el guardia de tráfico que le pone orden y calma a la caótica circulación, (otra vez gracias Valdano), dirigió al equipo hacia adelante imponiéndole la búsqueda permanente del empate. Aunque el Lillo se queda tranquilo: Pep no es un ex-futbolista. Cuando culminó el encuentro le preguntaron al "buceador" Juan Manuel sobre la actuación del "8" de su equipo y sentenció: "Vaya recital".

Pep y los extremos

Cuando Guardiola dice que bajo su percepción los equipos comienzan a armarse no de atrás para adelante, sino con un mediocentro y con dos punteros, exhibe un concepto propio sobre el juego. Lo interpreta concentrado en la mitad de la cancha, mirando siempre al arco contrario y queriendo llegar a él utilizándo todo el ancho de la cancha.

Jorge Valdano, Saramago del fútbol, en el mejor artículo que he leído sobre Pep, manifiesta sobre esto: "Puede ocurrir, por ejemplo, que Guardiola entre en contacto con la pelota y los extremos no estén pegados a las bandas, en ese caso los considera traidores a la causa de su futbol. En esto es tan fundamentalista que si tiene que jugar un partido en la playa pone a un compañero en la orilla del mar y a otro en la escollera". Estas interpretaciones tienen como razón fundamental a Johan Cruyff. El holandés fue el gran maestro de Pep y el propio jugador sostiene en su libro "Mi gente, mi fútbol": "Cruyff impuso una nueva filosofía dentro del Barcelona, un nuevo concepto, en vías de extinción, desde que se murió Garrincha. Johan quería que jugáramos así, por los extremos y con los extremos y aplicó esa teoría por encima de todas las circunstancias.

Guardiola en los años que estuvo al mando del Barcelona pudo jugar de esa manera. Todo gracias al legado y la huella que Cruyff dejó en el club. Potenciado también con la llegada de Van Gaal, también estandarte de la escuela ofensiva de Holanda. Pep defiende a esta idea en cualquier parte. En la cancha, siempre intenta abrir el juego, siempre coincidió con muy buenos punteros en sus equipos (el último pase que realizó en el Barcelona fue a Marc Overmars), o en cualquier contacto con la prensa. Recuerdo una entrevista posterior al Mundial 2002, donde destacaba al Betis porque jugaba con Joaquín y Denilson, diciendo que en el Mundial ellos dos y los dos extremos daneses (Rommedahl y Jorgesen) habían destacado y manifestando que creía en la Argentina de Marcelo Bielsa.

Es difícil pensar en Guardiola sin pensar en extremos. Si todos los equipos del mundo tomarían esta filosofía, seguramente la diversión y el espectáculo estaría garantizado. Pero, una cosa queda clara, se necesitarían dos extremos bien rápidos y alguien como Pep que interpreta el juego como nadie. Lamentablemente, esto está en vías de desaparecer.

Paradigma Guardiola

Bienvenidos!. Este blog tiene como objetivo dar conocer el estilo, los pensamientos y creencias futbolísticas del mediocentro Josep Guardiola. Pep, parado en la mitad del terreno de juego de cualquier cancha del mundo, transmite una manera de pensar el fútbol que se encuentra en vías de desaparición. En momentos donde se privilegia la marca, el físico y el despliegue en la mitad de la cancha aparecen buenas noticias como la de la continuidad en activo de Guardiola en el fútbol.

"Los equipos no comienzan de atrás para adelante, para mí empiezan con un mediocentro y 2 punteros", es una de sus frases que, en parte, puede exhibir el pensamiento de Pep. Guardiola tiene el partido en que va a jugar en la cabeza, piensa muy rápido, siempre parece que observa las jugadas antes que sus rivales y juega a un toque porque dos le parecen muchos. Heredero de la escuela de Cruyff, su gran maestro, de la metodología geométrica de Van Gaal, de la cantera del ofensivo Barcelona y de la nación de Catalunya, cuando juega impone un estilo. Es un deseo que en un blog alcance para escribir sobre el paradigma que defiende Pep. Lo dudo mucho y me parece que no va a ser suficiente. Necesitaré ayuda. A disfrutar!.
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